1. Háblame de ti.
Mensaje de presentación. Siempre a nivel profesional, el
entrevistador no nos está preguntando por cuestiones personales.
2. Defínete a ti mismo con
tres adjetivos calificativos y justifícalos.
Se deben elegir siempre cuestiones positivas, es decir, los puntos
fuertes profesionales que hemos debido detectar antes de acudir a la
entrevista.
3. ¿Cuáles son tus puntos
fuertes? ¿Y los débiles?
Hay que contestar esos mismos puntos fuertes como se nos está
pidiendo y elegir puntos débiles que en realidad vistos de otra forma pueden
ser puntos fuertes también. Por ejemplo, a veces soy excesivamente exigente
conmigo mismo, perfeccionista, demasiado planificador u organizado, etcétera.
Los presentamos como un punto débil bajo nuestro punto de vista, pero en
realidad se le están trasladando al reclutador aspectos que gustan en sus
empleados.
4. ¿Qué significa para ti
el trabajo?
No es conveniente dar una respuesta vinculada al dinero porque el
entrevistador quiere conocer con esta pregunta el orden de prioridades en
la vida y a qué distancia se encuentra la esfera privada de la profesional. Sin
llegar a alabar demasiado el trabajo, se puede comentar que es una forma de
realización personal a la que el candidato dedica todos tus esfuerzos. Es una
de las denominadas killer
question. Es decir, las preguntas comprometidas y que más estrés
generan en los candidatos entrevistados.
5. ¿Si ganara la lotería,
seguiría viniendo a trabajar?
El entrevistador quiere saber cuál es la motivación del candidato,
por lo que la respuesta ideal debería dejar claro que éste no sólo lo hace por
dinero sino que el trabajo lo realiza como persona y que le gusta asumir retos.
6. Háblame de una situación en la que no actuaste de forma
adecuada. ¿Qué has aprendido de ella?
Hay que elegir algún error que se haya cometido a lo largo de la
vida profesional, pero que sea de poco impacto, una equivocación sin gravedad
en cuestiones del día a día, y de la que hayamos sacado una lección. Por ejemplo,
si un directivo perdió en una ocasión una inversión de un millón de euros en su
banco por una mala actuación, no debe elegirse este ejemplo para contarle al
entrevistador.
Se debe responder con naturalidad y sin recrearse en el error para
centrarse en la respuesta rápidamente en el aspecto positivo, en aquello que se
ha aprendió y cómo se corrigió aquella situación. Cómo se ha cambiado esa forma
de actuar en nuestro quehacer profesional a partir de aquel momento, como
evitamos ahora que vuelva a sucedernos.
7. Dígame algo de lo que
se sienta un poco avergonzado.
Muchos entrevistadores formulan esta pregunta para tratar de cazar al candidato y comprobar si admite
algo comprometido. Si no lo consiguen, analizan entonces si el candidato si es
capaz de superar la sorpresa inicial e improvisar. Es otra killer question y si no estás bien preparado te puedes
poner nervioso y salir del trance hablando de asuntos personales o de trabajo,
y esa es la peor opción.
La mejor estrategia es hacer una pausa para reflexionar y ofrecer
una respuesta similar a “a veces pienso que tengo que prestar más atención a
algo, o hablar con alguien para evitar posibles confusiones, sobre todo cuando
trabajo en equipo. Es cuestión de adelantarse a las situaciones en lugar de
lamentarse después”. Una respuesta de este tipo nos da la oportunidad de
transmitir apertura y sensatez, reconvirtiéndola en algo positivo.
8. ¿Cómo se siente
reportando a alguien más joven o a una mujer?
Algunos entrevistadores formulan esta pregunta si detectan que el
candidato puede tener algún tipo de prejuicio y desean controlarlo desde el
principio. Ante todo deben evitarse afirmaciones que suenen paternalistas o
insensibles. La respuesta ha de ser creíble y que no parezca automática. Un
ejemplo de respuesta podría ser: “Me gustan las empresas que contratan y
promocionan a las personas según sus méritos y la edad o el género a la que
vaya a tener que reportar es indiferente”.
Formación
9. ¿Por qué elegiste tus
estudios?
En realidad lo que quiere conocer el reclutador con esta cuestión
no son detalles personales del candidato, sino si ha aterrizado en ese su
sector o especialidad profesional por accidente, por obligación o por vocación.
El entrevistador quiere comprobar que el candidato no haya ido cambiando de
estudios o de carrera en varias ocasiones por falta de convicción o constancia.
Hay que evitar una respuesta en ese sentido.
10. ¿Por qué abandonaste tus estudios?
Cuando el currículum del candidato indica esta circunstancia puede
ser interrogado acerca de los motivos que le llevaron a hacerlo. En realidad lo
que quiere conocer de nosotros el entrevistador con esta pregunta es nuestro
nivel de conformismo o de confort. Si los estudios que se abandonaron no tienen
que ver con el puesto al que se opta se puede contestar con tranquilidad que se
dejaron los estudios porque se descubrió que no era su verdadera vocación, no
te aportaba lo que buscabas o alguna respuesta similar. Si el trabajo si está
relacionado con los estudios que se dejaron hay que señalar que se debió a la
inmadurez de la edad o, si es el caso, las circunstancias personales que nos
forzaron a abandonarlos. Pero siempre señalar que vas a retomarlo (y hacerlo de
verdad).
11. ¿Qué cursos o
seminarios has realizado en el último año?
Las empresas quieren comprobar si el candidato se recicla, si se
preocupa por mejorar profesionalmente y por aumentar su valía. No les gusta el
conformismo. Si no se han hecho cursos recientemente, hay que darle un mensaje
positivo a la respuesta: no se ha podido hacer por la intensidad del trabajo en
el que estábamos ocupados pero se tiene en mente hacerlo ahora (y hacerlo
verdaderamente). También se puede destacar si se ha formado en cursos internos
en sus anteriores empresas o, incluso, las herramientas o técnicas que se han
adquirido de manera informal (fuera de un curso, en el trabajo diario).
12. ¿En qué áreas crees
que necesitarías reciclarte?
Con esta cuestión el reclutador busca que el candidato realice un
ejercicio de autoanálisis. Lo más socorrido, si los idiomas no son algo clave e
imprescindible en el puesto al que se opta, es decir que hay que perfeccionar
el nivel de inglés u otras lenguas. En España el nivel medio general no suele
ser óptimo y casi siempre es preciso mejorar en este aspecto. Es una respuesta
para no tener que incidir en otras lagunas o carencias que puedan ser
consideradas más importantes por el entrevistador. Eso sí, siempre hay que
explicar que ya se están poniendo o se van a poner los medios para mejorarlo.
Nunca hay que contestar aspectos que puedan ser motivos de descarte por su
importancia para el puesto al que se opta.
Trabajos anteriores
13. Hábleme de su último
puesto de trabajo, ¿qué hacías, cuál era tu función?
En esta cuestión hay que intentar dirigir la descripción de
nuestras anteriores ocupaciones profesionales en aquellos aspectos o tareas que
más estén relacionadas con el puesto al que se está optando. Se trata de
convencerle de que somos el mejor candidato para esa posición.
14. ¿Qué experiencia
tienes en relación con este trabajo?
Al igual que en la anterior pregunta, hay que destacar aquellas
tareas o responsabilidades que hemos desempeñado con anterioridad y que mejor
pueden ser percibidas por el entrevistador para ocupar con eficacia el empleo
por el que se está compitiendo en ese proceso de selección.
15. ¿Cuál ha sido la tarea
más aburrida que has tenido? ¿Cómo lo realizaste?
En esta pregunta nunca se deben contestar los trabajos similares a
los que se desempeñarán en el empleo al que se está optando, sino aquellas que
no tengan relación con él.
16. ¿Cuál ha sido la tarea
más interesante que has tenido?
Al contrario que en la anterior hay que destacar aquellas
relacionadas con la ocupación a la que se aspira o no resaltar las que no
tienen nada que ver con ella.
17. ¿Cuáles son los
aspectos de tu anterior empresa con los que no estabas conforme?
Ésta es una de las preguntas delicadas en una entrevista de
selección. Hay que intentar pasar por ella de puntillas. Nunca se debe criticar
directamente a la dirección de tu anterior compañía ni su política de empresa.
Pero tampoco tenemos por qué estar de acuerdo con todo si queremos resultar
creíbles porque casi todo el mundo tiene algún desacuerdo con estos aspectos.
Se puede contestar, por ejemplo, que no estabas muy conforme con
la política de promoción interna o con alguna otra cuestión que esté
relacionada con tu cambio profesional, pero nunca aludiendo a ninguna persona
concreta de tu anterior empresa y sin ahondar, siendo políticamente correctos.
Por ejemplo, “mi anterior compañía no evolucionaba al ritmo del mercado”.
18. ¿Cómo te actualizas a
nivel profesional? Cuéntame algo nuevo que hayas tenido que aprender
recientemente.
Se puede señalar conocimientos o competencias que se hayan
adquirido en cursos de formación recientes o también en el desempeño del
anterior trabajo.
19. ¿Cómo era la relación
con tu jefe, con los iguales, pares o compañeros, o con los subordinados?
No se debe entrar en ataques, críticas o descalificaciones
personales hacia ellos y señalar siempre los aspectos positivos, aunque
reconociendo que en el día a día siempre pueden surgir pequeñas diferencias
para resultar creíbles en la respuesta. Pero sin profundizar en esos aspectos
que puedan ser más negativos.
20. ¿Por qué te marchaste de la empresa o por qué te despidieron?
Cuando se lleva a cabo un cambio profesional hay que construirse
un mensaje de salida que explique muy brevemente los motivos que nos llevan a
tomar esa decisión. Éste es el mensaje que trasladaremos al entrevistador en
esta pregunta. No se debe responder de forma improvisada. El mensaje ha de ser
muy profesional, que dé una sensación de estar muy motivados y no anímicamente
tocados. No deben hacerse críticas a la antigua empresa, exjefes o
excompañeros.
21. ¿Cuánto tiempo has
estado en el paro?
Como a lo largo de toda la entrevista debemos decir la verdad
aunque hayamos estado un largo periodo en el desempleo, señalando eso sí qué
hemos hecho durante ese tiempo (búsqueda activa de empleo, entrevistas de
trabajo o procesos de selección, cursos de formación, etcétera). También se
puede aludir a la mala coyuntura del mercado laboral que dificulta enormemente
acceder a un trabajo y justifica en mayor medida esos largos periodos de
inactividad.
22. ¿Por qué has cambiado
de trabajo tan a menudo?
Aquellos profesionales que en su currículum reflejan gran cantidad
de cambios profesionales deben pensar bien esta respuesta porque el
entrevistador está queriendo indagar con ella si somos un pájaro de mal
asiento. Si es así, se teme que también nos marcharemos pronto de su
organización, algo que las compañías quieren evitar porque las selecciones de
personal son costosas.
Si es algo que se explica por las características de tu puesto o
sector, porque esté caracterizado por la temporalidad, sustituciones, trabajos
por proyectos, etcétera, hay que indicarlo para justificar esos cambios
constantes.
Si no ha sido así, nunca hay que responder que se haya en busca de
un mejor salario. Y evitar dar la sensación que se no hay compromiso con las
empresas en las que trabajas. Se puede señalar que han sido oportunidades de
desarrollo personal que te han ido surgiendo y que debías aprovechar, pero
siempre con un enfoque muy positivo.
23. ¿A qué motivos
atribuyes tus ascensos dentro de la compañía?
En esta pregunta sí que deben responder tanto las competencias
profesionales, componente técnica del trabajo, como las personales.
Actualmente, no sólo se busca un tipo de profesional, sino también un tipo de
persona. Y, sobre todo, señalar que se debe a un desempeño efectivo de tu
trabajo, a la consecución de objetivos o a haber alcanzado una determinada
rentabilidad. Si pueden concretarse y cuantificarse estos logros, mejor.
24. ¿Cómo conseguiste tu
último empleo?
En realidad lo que quiere conocer el entrevistador con esta
cuestión es tu nivel de proactividad. Por supuesto hay que decir la verdad,
como en todas las preguntas, si fue a través de un contacto o de otra forma,
pero intentando reflejar siempre una proactividad por nuestra parte a la hora
de conseguirlo.
25. ¿Por qué has estado
tanto tiempo en el mismo puesto y en la misma empresa?
Si se trabaja desde hace muchos años en la misma posición y
compañía, se debe recalcar que has ido cambiando conforme lo hacía la empresa:
nuevos productos, nuevos mercados, cambios de tamaño, de estructura... Si no ha
habido ninguna transformación, se puede alegar que se valora la lealtad y la
estabilidad, el compromiso total y a largo plazo con un proyecto profesional en
el que se cree.
26. ¿Por qué se ha
contentado a su edad con un salario tan bajo?
Es otra cuestión para desestabilizar al entrevistado, otra killer question. Se puede
contestar: “Siempre he pensado que es necesario emplearse para adquirir
experiencia y las competencias más adecuadas en vías progresar. Eso se puede
ver recompensando con un aumento de salario tarde o temprano”. También es
posible terminar con una pregunta: “¿Cuánto estima usted que tendría que ser mi
sueldo actual?”.
27. ¿Su último puesto ha
sido su mejor trabajo?
Esta es una pregunta muy controvertida, otra killer question. Si el
candidato opta por responder con un “sin lugar a dudas”, parecerá que su mejor
trabajo ha pasado ya. Pero si contesta con un “no, mi mejor trabajo está aún
por llegar”, puede dar la impresión de que no lo has dado todo en tus puestos
anteriores. Por lo que para cubrir ambas orientaciones. Una opción es responder
que siempre se intenta dar lo mejor y que el mejor momento de la carrera
profesional es el presente.
La empresa y el puesto
28. ¿Qué sabes de
nosotros?
Es muy importante informarse sobre la empresa que te va a
entrevistar antes de acudir a esta cita. Buscar información sobre su cultura
corporativa, sobre su historia y trayectoria, sobre sus productos o servicios.
Podría decirse que ha llegado el momento de hacerle un poco la pelota al
reclutador. Lo que él está testando con esta cuestión es el grado de interés
que el candidato tiene por ese empleo.
29. ¿Cuáles crees que
serían tus funciones si fueras contratado por nosotros?
Nuestro interlocutor quiere comprobar si tienes una visión errónea
o no del puesto al que estás optando, si lo sobrevaloras o lo infravaloras. Lo
más indicado, por tanto, es ceñirse en nuestra respuesta a la descripción del
puesto a la que hayamos tenido acceso a través del anuncio de empleo o en los
contactos anteriores a la entrevista personal. No hay que presuponer nada, n
imaginarse, suponer o añadir atribuciones o responsabilidades.
30. ¿No te parece que este
puesto es superior a los que has ocupado con anterioridad?
Evidentemente, no gusta un candidato con un nivel profesional
anterior inferior al del puesto al que se opta. Lo mejor en estos casos es
apoyarse en señalar que ese puesto es el que buscas y el que deseas ocupar
ahora mismo, y al que puedes aportar… y volver a señalar tus puntos fuertes.
Recalcar que te motiva, que te gusta y que estás preparado para él. Ésta es
otra de las denominadas killer
question.
31. ¿No te
parece que este puesto es inferior a los que has ocupado con anterioridad?
Con la crisis de empleo que vive nuestro país, cada vez es más
habitual que haya candidatos optando a puestos inferiores a los que han
desempeñado con anterioridad o a su nivel de formación. Esto no gusta en
algunas empresas porque piensan que pueden tener un empleado frustrado en
ciernes.
Es muy importante controlar la comunicación no verbal y la
expresión del rostro en este tipo de cuestiones y responder de la forma más
pausada posible. Un ejemplo puede ser: “Esto no tiene por qué ser un
impedimento; al contrario, creo que es beneficioso para la empresa y para mí.
El trabajo está muy complicado y ya no hay personas demasiado cualificadas para
ningún puesto. Creo sinceramente que ésta es una buena oportunidad para mí”. No
hay que decantarse y, como en la pregunta anterior, incidir en que ese puesto
responde a lo que buscas, te motiva, te gusta y que estás preparado para él y
señalar tus puntos fuertes.
La mayor preocupación que esconde esta pregunta es si el candidato
dejará plantada a su nueva empresa en cuanto se le presente una oportunidad mejor,
así que todo lo que demuestre sinceridad en cuanto al compromiso, puede ayudar.
Ésta es otra killer
question.
32. Si le seleccionamos
para esa posición, ¿qué acciones va a llevar a cabo durante la primera semana
para mejorar?
Ésta también es killer question. Es decir, las preguntas comprometidas y que más estrés generan en los candidatos entrevistados. Por eso es importante que preparemos la respuesta antes de la cita y tengamos muy clara la idea de lo que vamos a contestar
Ésta también es killer question. Es decir, las preguntas comprometidas y que más estrés generan en los candidatos entrevistados. Por eso es importante que preparemos la respuesta antes de la cita y tengamos muy clara la idea de lo que vamos a contestar
33. ¿Qué grado de
disponibilidad tienes para realizar viajes de corta o larga duración, o incluso
un cambio de residencia a otra ciudad o país?
En esta pregunta hay que responder exactamente lo que se piensa.
Si no es así, pronto se sabrá y podrán surgir los problemas y podemos ser apartados
de la empresa en el periodo de prueba del contrato.
34. ¿Con qué tipo de jefe
te gustaría trabajar?
Hay que señalar que con un líder participativo y democrático. Da
igual que sea así o no nuestro futuro jefe, ésa es una información que
difícilmente podemos tener antes de comenzar a trabajar, en el momento de la
entrevista. Queremos resultar creíbles y a nadie le gusta un jefe autoritario.
Además, podemos aprovechar para volver a trasladarle aspectos positivos de
nuestra forma de entender el trabajo: queremos un mando que haga sentirse parte
de un equipo, proyecto o empresa, etcétera.
35. ¿Cuáles son tus pretensiones
económicas?
Hay que evitar hablar de los aspectos económicos o de las
condiciones de trabajo del puesto en los primeros pasos del proceso de
selección. Eso debe abordarse en los últimos pasos, cuando se tienen
posibilidades reales de ser elegido.
Pero si te formulan la pregunta, hay que responderla, no se puede
contestar que prefieres no hablar de ese tema aún. Eso sí, se debe hacerlo
dando una horquilla, nunca un número concreto, y siempre en términos brutos
anuales, no neto mensual que da una sensación de falta de profesionalidad. Esa
horquilla debe ser: el mínimo, aquel salario por debajo del cual no estás
dispuesto a trabajar, sumándole 1.000 euros anuales; y en su parta alta,
añadiendo a esa cantidad 5.000 o 6.000 euros. Debe ser una horquilla que esté
en línea con lo que se está retribuyendo esa posición en el mercado y siempre
es bueno señalar que se está dispuesto a negociar esa cantidad, por ejemplo, si
se tienen otro tipo de beneficios sociales o retribución en especie.
36. ¿Qué haría si le
despidieran dentro de dos años?
Lo más adecuado es contestar a esta killer question con una visión positiva y de modo
sereno. Hay que decir, por ejemplo, que no tiene por qué suceder; y que si
ocurre, tras dos años en la empresa habrá mejorado la experiencia y se tendrá
más preparación para el mercado de trabajo.
Motivación
37. ¿Por qué quieres
trabajar en esta empresa?
Nunca deben señalarse sus condiciones económicas o cuestiones como
la duración de las vacaciones o la cercanía a domicilio del candidato. Hay que
aludir a aspectos como la cultura de la empresa, las posibilidades de
desarrollo… es otro momento para echarle flores a la compañía en la que
queremos trabajar.
38. ¿Qué es lo que más te
atrae de este puesto?
Como en la pegunta anterior, no es bueno indicar cuestiones relacionadas con las condiciones laborales o los temas salariales. Hay que señalar aspectos ligados a la naturaleza de esa posición.
Como en la pegunta anterior, no es bueno indicar cuestiones relacionadas con las condiciones laborales o los temas salariales. Hay que señalar aspectos ligados a la naturaleza de esa posición.
39. ¿Cuál es tu principal
fuente de motivación? ¿Qué es lo que te motiva en un trabajo?
Sucede como en las dos preguntas previas. Nunca hay que destacar
las cuestiones retributivas o de condiciones de trabajo, sino aspectos, por
ejemplo, como el desarrollo profesional, la posibilidad de aprender, el
sentirse parte de una empresa equipo o proyecto, etcétera.
40. ¿Dónde te gustaría
verte en cinco años?
Aunque se tengan aspiraciones de crecimiento profesional no hay
que elevarlas demasiado en respuestas a preguntas de este tipo. Hay que centrar
el mensaje en que nuestra prioridad y motivación ahora mismo está en
incorporarnos al puesto ofertado, aunque evidentemente tenemos nuestros deseos
de desarrollo profesional como es normal. Siendo realistas y no demasiado
ambiciosos.
41. ¿Por qué debo
contratarle a usted?
Ha llegado el momento de volver a resaltar nuestros puntos
fuertes, sobre todo aquellos que te pueden diferenciar del resto de candidatos,
y acompañarlos con situaciones reales que hayas vivido y muestren esas
capacidades.
42. ¿Estás participando en
otro proceso de selección? ¿En qué compañía?
Si te encuentras inmerso en oro proceso de selección hay que
decirlo, pero señalando que éste empleo te interesa más. Lo que no se debe es
dar el nombre de la otra empresa. Podemos contestarle que nos han pedido
confidencialidad y el entrevistador lo entenderá, se buscan personas discretas.
Vida privada
43. ¿Cuál es tu estado
civil? ¿Tienes hijos? ¿Cómo organizas tu tiempo?
Es mejor contestar este tipo de preguntas, si no parecerá que
queremos ocultar algo negativo. Pero dejando claro que vida personal y
profesional son parcelas diferentes y no debe haber interferencias de una en
otra.
44. ¿Cómo compaginas el
trabajo con el cuidado de la familia?
De nuevo hay que dejar claro que son parcelas distintas y que
cumples con una y con otra. Te organizas para que no se afecten mutuamente. No
llevas los problemas de casa al trabajo ni del trabajo a casa.
45. ¿Tiene intención de
quedarse embarazada?
Es una killer
question que se
realiza en ocasiones a mujeres en una franja de edad habitual para ser madres.
Es un tema espinoso y la línea que distingue cuándo la pregunta
están fuera de lugar es muy difusa. Lo mejor es mantenerse, de forma educada,
en el ámbito de los negocios, pero si te la realizan claramente, se debe
responder de la forma más objetiva y diplomática posible, e incluso se puede
indicar que “no me acabo de sentir cómoda con esta pregunta, pero si para el
proceso de selección es importante intentaré responderla”.
En ese caso, contestar con naturalidad simplemente, sin más
explicaciones, que a corto plazo (un año) no entra en tus planes (si es
realmente así).
46. ¿Cuáles son tus
aficiones o qué deportes practicas?
En esta pregunta se puede responder casi cualquier cosa, excepto
aquellas que puedan ser muy arriesgadas o proyectar una imagen demasiado rara o
negativa de ti.
47. ¿Cuándo puedes empezar
a trabajar con nosotros?
Cuanto antes mejor. Se puede responder que de forma inmediata o
que, en todo caso, en un par de día para organizar tu nueva vida profesional.
PREGUNTAS SOBRE TUS
COMPETENCIAS
Autonomía/iniciativa
48. ¿Qué hace cuando una
decisión debe ser tomada y no existe ningún procedimiento al respecto?
Esta cuestión se plantea por parte de los entrevistadores para
comprobar nuestra capacidad de iniciativa o el nivel de conformismo del
candidato. La contestación debe ir orientada a demostrar que somos capaces de
proponer actuaciones, ideas, soluciones.
49. ¿Qué hace cuando tiene
dificultades para solucionar un problema?
La respuesta idónea sería explicar que lo primero que hacemos en
esos casos es analizar la situación para conocer qué es lo que está pasando y
de acuerdo a ese análisis establecer un plan de acción. Y no debemos tener
problema en reconocer que si es necesario pedir ayuda, la pedimos. En las
empresas no gusta el exceso de individualismo ni las personas que creen tener
soluciones para todo, es normal que en ocasiones necesitemos solicitar el apoyo
de otros dentro de la organización.
50. ¿Qué ha hecho en su
trabajo actual o en puestos anteriores para que resulte más gratificante o
efectivo?
La contestación debe orientarse a explicar que para hacer mejor
nuestro trabajo nos marcamos objetivos, diseñamos un planning, un calendario o
un plan de acción. Incluso, se puede decir que nos establecemos recompensas por
los hitos que nosotros mismos vamos consiguiendo en nuestro desempeño
profesional o por el cumplimiento de determinadas tareas.
51. Cuénteme los problemas
del día a día propios de su puesto y qué hace para resolverlos.
Hay que citar como ejemplos problemas pequeños, cotidianos, que no
supongan una hecatombe. Para resolverlos, primero se analizan para pensar
después las soluciones. También es posible decir que pedimos una segunda
opinión para tener un mayor criterio o una visión más objetiva o que
solicitamos ayuda si es necesario.
52. Ponga un ejemplo de
alguna idea nueva que sugerido en el trabajo y qué resultados tuvo.
Es la oportunidad para destacar nuestros logros profesionales. Se
deben citar situaciones que sean realmente dignas de ser destacadas y
preferiblemente que no hayamos incluido en nuestro currículum porque esa
información ya la tiene nuestro entrevistador.
Dinamismo
53. Cite un ejemplo de
alguna tarea especial en el trabajo que le haya demandado un esfuerzo
importante. ¿Cómo la abordó? ¿Cuál fue el resultado?
De nuevo, como en la pregunta anterior, una buena ocasión para
explicar más logros profesionales que no hayan salido a colación hasta ese
momento.
54. ¿Cómo es jornada de
trabajo habitual?
El entrevistador se refiere con esta pregunta a cómo es un día en
tu puesto, cómo te organizas las tareas de un día típico. No hay que dar
explicaciones sobre pausas para el café o similares, sino describir qué tareas
solemos hacer en cada franja horaria del día y por qué las hacemos en ese
momento, siempre ligándolo a una mayor productividad o eficacia. Pero también
hay que dejar claro que aunque seamos organizados y nos planifiquemos, tenemos
siempre la flexibilidad de ir adaptándonos a las exigencias del momento,
posibles incidencias que surjan sobre la marcha, reuniones imprevistas,
encargos del jefe, etcétera.
55. ¿Cuánto tiempo extra
ha trabajado recientemente? ¿Por qué?
Si contestamos que siempre nos vamos tarde del trabajo por
sistema, que se ha convertido ya en una rutina, puede ser negativo porque da
sensación de no ser capaces de sacar adelante nuestras tareas en la jornada
habitual. Los extremos no son buenos. Tampoco se debe mostrar una
inflexibilidad para estar dispuestos a ello cuando es necesario, sino una
actitud abierta a esta posibilidad cuando así se te requiera o sea necesario porque
te debes a la empresa.
56. ¿Qué hace en su tiempo
libre?
Se pueden citar todo tipo de aficiones o actividad mientras no
sean demasiado excéntricos o raros, que puedan dar una imagen extraña de
nuestra personalidad. Y nunca se debe contestar que lo que haces es llevarte
trabajo a casa. Hay que saber separar trabajo y vida personal.
Orientación al cliente
externo e interno
57. Defina quiénes eran
sus clientes externos e internos y de qué forma atendía sus necesidades.
Hay que describirlos, pero siempre intentando dar una sensación de
ser una persona accesible, orientada al cliente y positiva.
58. Describa alguna
situación en que haya tenido que trabajar duro para satisfacer la demanda de un
cliente. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo lo hizo?
Como en las preguntas 40 y 41, lo recomendable es poner ejemplos
de situaciones cotidianas que no sean de gran gravedad. Para resolver esa
situación, primero analizamos las circunstancias y pensamos soluciones. También
se puede decir que pedimos ayuda. Eso último no es conveniente repetirlo en
demasiadas ocasiones a lo largo de la entrevista porque puede parecer que no
somos resolutivos por nosotros mismos, pero sí es bueno decirlo alguna vez que
se tenga la oportunidad.
59. ¿Qué hace para mejorar
la calidad de los proyectos a su cargo? Ponga un ejemplo de un proyecto en el
que sintió que su equipo dio la altura.
Esta pregunta se le realiza a los mandos intermedios y la
respuesta debe ir encaminada a dar la imagen de que se ejerce un estilo de
liderazgo participativo. Siempre hay que resaltar que se consiguen los logros
motivando al equipo, reconociendo sus éxitos y ayudando en sus fracasos o
problemas.
Capacidad de adaptación
60. ¿Tuvo que hacerse
cargo alguna vez de una tarea que no era la habitual en su rutina de trabajo.
¿Qué hizo?
Por supuesto, la respuesta que nos ayudará será la de que la
asumiste sin problemas y que son cosas que todo el mundo tiene que hacer alguna
vez.
61. ¿Cuánto tiempo
tardaría en trabajar con eficacia en este nuevo puesto?
Esta pregunta no debe contestase de forma inmediata con un “no” porque siempre se necesita una adaptación. Es mejor decir, dependiendo de los casos, que en unos días, en una semana o después del plan de bienvenida de la empresa o del curso previo a la incorporación a puesto en caso de que lo haya.
Esta pregunta no debe contestase de forma inmediata con un “no” porque siempre se necesita una adaptación. Es mejor decir, dependiendo de los casos, que en unos días, en una semana o después del plan de bienvenida de la empresa o del curso previo a la incorporación a puesto en caso de que lo haya.
62. Cuénteme una situación
en que la que hayas tenido que cambiar de actividad de manera imprevista.
Se deben elegir ejemplos de situaciones sin mucha importancia para
no dar pie al entrevistador a tirar más de ese hilo y que llegue a obtener una
información que no nos beneficiaria.
63. ¿Qué cambios ha vivido
en los últimos años en su organización? ¿Cómo los ha sentido?
Al igual que en la pregunta anterior en ésta hay que evitar entrar
en situaciones que puedan ser delicadas para nosotros o que provoquen nuevas
preguntas del reclutador sobre un asunto que no nos beneficie. Así, hay que
elegir ejemplos que no nos comprometan.
64. ¿Alguna vez tuvo que
hacerse cargo durante un tiempo de un área que no era la suya? ¿Cómo se manejó?
Es una pregunta para mandos y de nuevo hay que transmitir la
sensación de que se ejerce un estilo de liderazgo democrático y participativo,
que sabe motivar a los equipos y reconocer sus logros, que les ayuda cuando
tienen problemas.
Toma de decisiones
65. ¿Cuáles son las
decisiones que tomaba en su trabajo diario?
Es el momento de enumerar, si se han tenido esas
responsabilidades, cuestiones tangibles con cierto peso, como las decisiones
sobre presupuestos, la validación de proyectos, etcétera. Y si no se han
desempeñado ese tipo de funciones con decisiones relevantes, hay que destacar
sin pudor las pequeñas decisiones que todo profesional ha de tomar en su
trabajo diario.
66. ¿Qué tipo de
decisiones le cuesta más tomar?
Es una cuestión para mandos y directivos. Lo normal es contestar
que las tienen que ver con las personas, sobre todo algunas como llevar a cabo
un despido o una bajada de sueldo. Pero debe añadirse que si es lo mejor en su
trabajo son decisiones que se toman, aunque cuesten.
Liderazgo
67. ¿Cómo motiva a su
equipo?
También formulada a directivos y mandos. La respuesta más correcta
es que se consigue haciendo partícipes de sus decisiones a los componentes del
grupo, ayudándoles en sus pequeños fracasos y reconociendo sus éxitos. Es
importante que el responsable haga un equipo.
68. ¿Alguna vez tuvo que
trabajar con alguien difícil de tratar? ¿Cómo resolvió este problema?
Nunca se debe contestar que se han tenido problemas con los jefes,
es mejor centrar la respuesta en algún compañero de igual nivel profesional.
Pero a continuación hay que incidir en nuestra capacidad para adaptarnos a los
entornos, de nuestra generosidad para ceder en nuestras posiciones cuando es
recomendable, de dialogar con las personas con las que se haya podido tener ese
problema, etcétera. Siempre hay que mostrar una actitud conciliadora y
positiva.
69. Señale algún ejemplo de un logro concreto y destacado de su
gestión como líder.
De nuevo hay que resaltar nuestros principales logros
profesionales, pero llegados a este punto de la entrevista lo idóneo es hacerlo
indicando aspectos cuantitativos, apoyándose en datos objetivos: resultados,
metas alcanzadas, nivel de ventas o de rentabilidad o lo que proceda en cada
caso.
70. ¿Qué procedimientos
utiliza para evaluar a su equipo?
A diferencia de preguntas anteriores, ante esta pregunta sí se
deben citar parámetros profesionales, como pueden ser ratios, cumplimiento de
objetivos establecidos, etcétera; con aspectos personales, como la actitud, la
capacidad de trabajo, el optimismo. Hay que hacer ver al entrevistador que
valoramos los equipos de trabajo, y que para ello tenemos en cuenta también el
tipo de persona y no sólo el tipo de profesional.
71. ¿Con qué frecuencia se
reúne con sus colaboradores? ¿Cómo se desarrollan?
Se debe contestar simplemente la verdad, pero añadiendo que lo
hacemos porque somos conscientes de hacer partícipe al equipo de las
decisiones, ayudándole en sus problemas u obstáculos y reconociendo sus éxitos.
72. ¿Alguna vez ha tenido
que reprender a un subordinado? ¿Cómo fue la situación?
Más que reprender, hay que contestar hablando de que les ayudas a
resolver sus problemas, a lograr mejorar una determinad cuestión.
Trabajo en equipo
73. Describe una
dificultad que hayas tenido con algún compañero al trabajar en equipo.
Hay que explicar una situación concreta que haya pasado de verdad
más o menos recientemente y que siempre contemos de la misma forma, por si el
entrevistador vuelve sobre este tema más adelante o repregunta sobre el mismo.
Pero hay que hacerlo siempre con un mensaje positivo explicando cómo se abordó
y qué lecciones extraemos.
74. Describa alguna tarea
que haya tenido que realizar en grupo. ¿Cuál fue su aportación?
Una nueva oportunidad para sacar a colación nuestros logros
profesionales. Esta pregunta nos la plantean para comprobar si somos
individualistas o si nos involucramos con el equipo.
75. ¿Cuáles son los
aspectos que más valora cuando trabaja en equipo?
Hay que indicar cualidades que gustan en las empresas, como la
implicación, la iniciativa, etcétera. Pero siempre hay que ceñirse a la
pregunta y mencionar sólo cuestiones positivas. No nos lo han preguntado, así
que en esta ocasión sobra añadir de nuestra cosecha los aspectos negativos o
que menos valoramos.
76. ¿Con qué grupos se ha
sentido más cómodo y ha trabajado mejor? ¿Con qué personas le resulta más
difícil trabajar?
La respuesta idónea es decir que con aquellos que se involucran y
luchan en equipo. En esta ocasión si nos han preguntado por aquello que más nos
cuesta, por lo que se puede contestar que lo más complicado es trabajar con
personas individualistas, con quienes no se toman en serio el trabajo en grupo.
Una vez más hay que evitar dar una sensación de negatividad, por lo que hay que
evitar respuestas como los escaqueados, aquellos que no hacen lo que deben
hacer y al final acaba cayéndote a ti, etcétera.
Tolerancia a la presión
77. Describa un problema
difícil al que haya tenido que enfrentarse.
En ocasiones los entrevistadores reformulan de otra manera
preguntas que ya han realizado para comprobar si se dan las mismas respuestas.
Al igual que otras cuestiones similares anteriores, ahora debemos contestar
poniendo un ejemplo de un problema no muy importante, algo concreto que no sea
trascendente y explicaremos el aprendizaje que hemos extraído de aquella
situación.
78. Cuente alguna
experiencia laboral en la que haya trabajado dentro de unos límites muy
estrictos de tiempo. ¿Cómo calificaría su desempeño en estas condiciones?
Se debe orientar la respuesta en un sentido que demuestre que te
desenvuelves bien bajo presión, que te gusta trabajar por objetivos y que
sigues un planning.
Las empresas quieren empleados polivalentes y que sepan manejarse en esas
circunstancias.
79. Cuando tiene una
presión importante en el trabajo y se acumulan los problemas, ¿qué hace para
resolverlos?
En esos casos, debe responderse, hay que trabajar de forma
organizada, sabiendo priorizar y delegar tareas, y si aun así no es suficiente
también hay que saber pedir ayuda a tiempo.
Comunicación verbal y persuasión
80. ¿Recuerda algún
momento en que haya sido importante para usted saber transmitir sus ideas y/o
sentimientos en el trabajo?
Esta pregunta la realiza el entrevistador para comprobar en base a
nuestra respuesta si somos manipuladores. Hay que evitar dar esa sensación al
elegir el ejemplo que le contaremos.
81. Describa alguna idea
que propuso a un superior y que no fue aceptada. ¿Por qué cree que no la
aprobaron? ¿Qué hizo cuando esto sucedió?
El reclutador quiere conocer con esta cuestión si somos
conformistas, si nos rendimos con facilidad, cómo reaccionamos cuando nuestras
ideas son rechazadas. La respuesta idónea debe ser la de aceptar ese tipo de
decisiones, reconducir tu idea inicial y seguir trabajando como si no hubiera
pasado.
82. ¿Qué haría si
estuviera en desacuerdo con su superior?
Ésta también es una killer question. Esta cuestión pretende averiguar el grado de conflictividad del candidato, así que la mejor opción es mencionar la capacidad de asumir las diferencias.
Ésta también es una killer question. Esta cuestión pretende averiguar el grado de conflictividad del candidato, así que la mejor opción es mencionar la capacidad de asumir las diferencias.
83. ¿Mentiría por su
empresa?
Ante todo hay que evitar posicionarse en los extremos contestando
sí o no. Se puede dar una respuesta del tipo: “Nunca haría algo que dañara a la
empresa para la que trabajo…”. Si el reclutador presiona en busca de una
contestación más directa, lo recomendable sería elegir siempre la integridad
personal.
Autoexigencia y
responsabilidad
84. Mencione alguna
ocasión en la que su desempeño haya sido más destacado en relación al de sus
compañeros.
En esta respuesta hay que intentar apoyarse en datos objetivos o
cuantitativos al ser posible que refrenden nuestra argumentación. Pero hay que
procurar hablar de un logro conjunto alcanzado entre todo el equipo y explicar
eso sí el rol que jugaste dentro del mismo tirándose alguna pequeña flor a sí
mismo, pero no demasiado. En este tipo de preguntas no hay que aparentar mucho,
el reclutador quiere comprobar tu nivel de prepotencia.
85. ¿Cuáles son sus
mayores logros profesionales?
Una vez más, ahora sí a diferencia de la pregunta anterior, es el
momento de explicar cuáles han sido sus resultados o metas más importantes
alcanzados en su trabajo. Ahora no están preguntado sencillamente por eso,
mientras que en la cuestión anterior el entrevistador intentaba que
comparásemos nuestro rendimiento con el de nuestros compañeros.
86. ¿Cuál ha sido el mayor
error que ha cometido en su carrera profesional?
Ésta es otra killer
question. Debe responderse intentando no contar un problema con
unas consecuencias negativas gigantescas, sino llevarlo a un sentido positivo
en la medida de lo posible: “No haber aprovechado aquella oportunidad por
sentido de la responsabilidad”, por ejemplo.
87. ¿Cómo hace frente a
las tareas que le disgustan?
Nunca se debe contestar que se dejan para lo último. Podemos decir
que las hacemos lo primero para darles salida cuanto antes y centrarnos en lo
que más nos agrada de nuestro trabajo; que seguimos un sistema de
planificación; o incluso que utilizamos una forma de recompensa a nosotros
mismos cuando las completamos.
88. ¿Cuáles son tus metas
profesionales a medio plazo?
En esta ocasión la respuesta dependerá de cuál sea el puesto al
que se aspira y deberá ir en relación a él. Siempre con un sentido positivo y
realista y aprovechando para resaltar una vez más que ahora mismo ese empleo es
tu vocación profesional y repetir de nuevo nuestros puntos fuertes: “Lo voy a
conseguir porque creo que puedo aportar…”.
Habilidad analítica
89. ¿Considera que las
tareas que realiza son relevantes para la organización? ¿Por qué?
La respuesta apropiada es que todo el mundo es importante en una
organización, con mayor o menos peso dentro de ella, pero relevante. “Mi
posición es importante por….” y volvemos a aprovechar ara destacar algunos de
nuestros puntos fuertes. Recuerda que la entrevista es una venta constante por
parte del candidato, aunque con credibilidad, argumentos y una cierta humildad,
huyendo de parecer un listillo.
90. ¿Usa datos financieros
en su trabajo? ¿Cuáles incluye en sus informes?
En esta pregunta la contestación dependerá del perfil del
candidato y del puesto al que aspira. No en todas las posiciones se manejan
datos financieros. Si en la tuya no se utilizan no hay problema en contestar
que no.
91. Describa una situación
compleja por la que haya atravesado su departamento en los últimos años. ¿Cómo
la analizó? ¿Qué decisiones tuvo que tomar? ¿Cómo coordinó a su equipo?
Esta pregunta se realiza cuando se opta a un puesto directivo o de
mando intermedio. Se debe contestar con un ejemplo de un problema no muy
trascendente y explicaremos el las lecciones aprendidas de aquella coyuntura.
Control emocional
92. ¿Recuerdas alguna
ocasión en la que haya perdido los nervios en el trabajo. ¿Por qué?
Aquí la respuesta idónea es decir que no. Podemos reconocer que en
el día a día laboral pueden surgir roces o situaciones delicadas, pero nunca
perdemos los nervios, sabemos manejarlos.
93. ¿Qué comportamientos
le disgustan tanto que pueden hacerle salirse de sus casillas?
Es importante contestar la verdad sin criticar directamente a
ninguno de los jefes, compañeros o subordinados con los que se haya trabajado
antes. Por ejemplo, se puede contestar “Me disgusta la falta de puntualidad” o
la falta de compromiso, que son respuestas fácilmente aplicables a todo el
mundo.
94. Cuando tiene problemas
personales, ¿cómo lo manifiesta en su entorno de trabajo?
Lo ideal es decir que nunca. Separamos la vida personal y la
profesional y no nos traemos los problemas de casa al trabajo.
95. ¿Qué respondería si le
dijeran que su actuación ha sido ineficiente?
El único objetivo de esta pregunta es desestabilizar al candidato
y comprobar la reacción ante las críticas. Ante ello, se puede responder que se
harían esfuerzos para analizar las razones de esa impresión negativa. Es
otra de las killer question.
Sociabilidad
96. ¿Quiénes son tus
mejores amigos en el trabajo? ¿Qué valoras más en esas personas?
Lo que quiere el entrevistador con esta pregunta es comprobar tu
empatía y sociabilidad. No es necesario dar nombres, simplemente decir un
número. Por supuesto, nunca se debe contestar que no se tiene ningún amigo en
el trabajo. Y enseguida orientar la contestación a explicar las cualidades que
nos gustan de ellos. Recuerda, siempre en positivo, nunca añadiendo aquello que
no nos gusta.
97. ¿Con qué compañeros
mantenías mejor relación?
Se puede decir que con todos, aunque también es lógico contestar
con los de tu departamento, que es con quienes tienes más relación diaria. Pro
nunca se debe mencionar nada sobre aquellos con los que no te llevabas bien.
Capacidad de delegar
98. Cuando estás
desbordado de trabajo, ¿qué haces? ¿Cómo te organizas para terminarlo?
La respuesta adecuada debe incluir las palabras planificación,
calendario, agenda. También apoyándose en el equipo y distribuyendo tareas, si
es el caso de un responsable de un grupo, de forma cualitativa, cuantitativa y
equitativa.
99. Cuando has tenido que
delegar alguna de tus tareas en otra persona, ¿cuál ha sido el resultado?
Si en tu caso esa experiencia ha sido positivo, cuéntala. Si no
fue así, no mientas, pero puedes utilizar frases sin un sentido demasiado
catastrófico, como: “No fe el que yo esperaba pero charlamos y le pusimos
remedio…”.
100. ¿Cómo repartes las
tareas entre los miembros de tu equipo? ¿Qué criterios utilizas?
Es una cuestión que se plantea sólo a los mandos. La respuesta
apropiada es que se hace atendiendo a criterios de cualidad, cantidad y, sobre
todo, equidad. Apreciando en qué es mejor cada componente del grupo, pero
siempre haciendo partícipes a todos e intentando no frustrar a nadie.
Extraido de un blog de Internet te intersa.es , para la autoayuda de los alumnos de las Escuela de Hostelera de Estepona
Hostelería Consultores
Estepona (Málaga)
No hay comentarios:
Publicar un comentario